domingo, 24 de agosto de 2014

El Tiempo. Bogotá


Marina Silva podría sacar a Dilma Roussef de la presidencia de Brasil

La candidata del Partido Socialista Brasileño reemplazó al titular, tras su muerte trágica.

Marina Silva podría sacar a Dilma Roussef de la presidencia de Brasil
Foto: EFE
Marina Silva podría sacar a Dilma Roussef de la presidencia de Brasil
Un trágico accidente aéreo cambió el escenario para las elecciones presidenciales del próximo 5 de octubre en Brasil. La muerte del candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB) Eduardo Campos el 13 de agosto provocó un remezón tal en el juego electoral que perturbó la cierta tranquilidad que había logrado la presidenta Dilma Rousseff de cara a su reelección.

Campos, que en todas las encuestas aparecía en el tercer lugar con un 11 por ciento de pico máximo de popularidad, por detrás de la actual mandataria (36 por ciento) y de Aécio Neves (21 por ciento), del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), será reemplazado por Marina Silva, carismática líder de la izquierda, que desde sus inicios en la política se distinguió por luchar contra la corrupción y los vicios de la clase dirigente del momento.

Originaria del estado amazónico de Acre, Silva, de 56 años, se caracterizó en los 80 por unirse al ambientalista Chico Mendes en su lucha por desalojar a las grandes empresas madereras y caucheras que arrasaban con el ecosistema regional.

En 1985, Silva decidió unirse al Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Luiz Inácio Lula da Silva en 1980. En 1990 fue elegida como diputada estatal y en 1994 se convirtió en senadora por Acre con una de las más altas votaciones de la historia, derrotando a gamonales tradicionales.

Al llegar al poder el PT en 2003, Silva fue designada como ministra de Medio Ambiente, cargo del que renunció en el 2008 por la falta de presupuesto del gobierno para los asuntos relativos a su cartera. Un año después rompió con el partido de Lula.

Se unió al Partido Verde, con el cual desafió en el 2010 a Rousseff, y, aunque no llegó a la segunda vuelta, logró 20 millones de votos.

En el 2013, ya por fuera de los verdes, no pudo inscribir su nuevo grupo político, Red de Sostenibilidad, por lo que accedió a un acuerdo programático con el PSB de Campos, no sin contratiempos.

“El PSB es un partido muy pequeño y los de la coalición también. Tiene muchas divisiones internas, con intereses regionales muy particulares, y la propia Marina perturbó un poco en el comienzo de la campaña rehusándose a hacer ciertos acuerdos y poniendo en muchas ocasiones condiciones dificilísimas de aceptar”, afirma el analista Roberto Romano, profesor de Ética Política de la Universidad Estatal de Campinas.

El panorama se complicó tras la muerte de Campos, ya que muchos dirigentes del PSB, entre ellos el presidente de la colectividad, Roberto Amaral, no querían que Marina se hiciera cargo de la candidatura por sus posiciones radicales en cuanto al manejo del Gobierno.

“Marina Silva es una dirigente bastante competitiva que llena las expectativas de un número muy alto de votantes cansado de la clase política tradicional, lo que le da un aval muy grande para llegar a la segunda vuelta junto a Dilma Rousseff”, asegura, por su parte, Fernando Farías de Azevedo, analista político de la Universidad Federal de São Carlos.
Neves, ¿el gran afectado?
Antes de la muerte de Campos, Aécio Neves se ubicaba en todas las encuestas en un sólido segundo lugar detrás de Rousseff, pero la intempestiva llegada de Silva al renglón principal de la contienda podría sacar a los ‘tucanos’ de la competencia, incluso en la primera vuelta.

“Las encuestas iniciales hechas por Datafolha ya dan una pista sobre ello. Eduardo (Campos) ya tenía un porcentaje alto de votantes fijos y estaba conquistando a los que inicialmente tenían la intención de votar en blanco. El reto de Marina es seguir capturando votantes, no solo de Aécio Neves, sino de la misma Dilma Rousseff”, dice Farías de Azevedo. Según Datafolha, Silva resultaría elegida con un 47 por ciento frente a un 43 de Rousseff en la segunda vuelta, que se podría llevar a cabo el 31 de octubre.

No obstante, el analista Bolívar Lamounier, de la firma Augurium Análisis, Consultoría y Emprendimientos, ve mucho potencial aún en el candidato Neves.

“En estos primeros días del horario electoral de televisión hay un equilibrio entre Marina y Dilma, y Aécio Neves tiene un amplio potencial de crecimiento. Por lo tanto, cualquier dupla de los tres candidatos en contienda puede pasar a la segunda vuelta con oportunidades de ganar”, afirmó.
Dilma y la fuerza del PT

“Los presidentes en Brasil son emperadores que elegimos cada cuatro años y que tienen los pies de barro, porque dependen del apoyo del Congreso y el que lo controla son las oligarquías regionales”, asegura Romano.

Desde 2003, el PT se ha asociado con buena parte del empresariado de los estados más importantes del país, como São Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais, lo cual le dio una solvencia económica enorme, sumada al ejercicio del poder.

“En estas elecciones no solo el PT como partido, sino también la presidenta Rousseff han accionado la máquina del Estado hasta casi el límite de la legalidad, por ejemplo al confundir sus viajes de campaña con supuestas misiones referentes a su cargo”, asevera Lamounier.

No obstante, la radicalidad de Silva y su poca apertura a las alianzas electorales le podrían jugar una mala pasada. “Marina Silva es más dogmática que política. Bajo esta premisa, siente más el dictar reglas que el acomodarse a un juego establecido. Eso la puede perjudicar”, afirma Romano.

Difícil infancia

Criada por sus padres, Pedro Augusto y María Augusta, en medio de las grandes plantaciones de caucho en la aldea de Breu Velho, en su natal estado de Acre, Marina Silva perdió a dos de sus diez hermanos por sarampión y malaria y una hepatitis casi le cuesta su propia vida en la juventud.

“Siempre tuve miedo a la muerte antes de tiempo. Luché con ella desde que nací”, dijo en una entrevista para la edición brasileña de la revista ‘Rolling Stone’ publicada el 8 de septiembre del 2010.

LUIS ALEJANDRO AMAYA E.
Subeditor Internacional