sexta-feira, 26 de novembro de 2010

Fora o título da notícia, mais pseudológica e para fins da propaganda, a matéria é correta.

Lula refuerza con 800 soldados y dos helicópteros militares la guerra contra el narcotráfico

Los habitantes de las favelas de Río aplauden el paso de los carros de combate después de cinco días de disturbios

JUAN ARIAS - Río de Janeiro - 26/11/2010


El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, enviará 800 soldados del Ejército de Tierra a Río, además de dos helicópteros de la Fuerza Aérea y más tanques de guerra, para reforzar la acción de la policía y de los efectivos de Marina que intervienen en la batalla desencadenada el domingo en las favelas. Las dos grandes facciones de traficantes de droga se han juntado para declarar la guerra al Estado bajo el lema Unidos por la droga.

Río lleva en guerra ya seis días. La batalla se ha traslado ahora al Complexo do Alemão, favela en la que se refugiaron ayer algunos criminales tras la operación policial para entrar en la vecina favela de Vila Cruzeiro. Precisamente en una zona entre ambos barrios, en el norte de Río, un helicóptero de la policía ha recibido hoy varios disparos, según destacan los medios brasileños, que informan de que las Fuerzas de Seguridad están intentando cercar el área para taponar las vías de fuga de los criminales. Las últimas cifras, facilitadas ayer, señalaban que al menos 30 personas han muerto en los intercambios de disparos entre las fuerzas del orden y las milicias organizadas por los narcotraficantes desde el pasado domingo.

Anoche, nuevas acciones terroristas recorrieron la ciudad. Al menos 45 coches y autobuses han sido incendiados en las últimas 24 horas y se han sucedido tiroteos contra la policía que patrulla las calles casi desiertas. El 95% de los autobuses públicos se quedaron anoche en los garajes por temor a nuevos ataques.

"El miedo se palpa en las caras de los cariocas", escribe el diario O Estado de Sâo Paulo. Una madre aconseja a su hija al salir para trabajar que, si paran su autobús y se acerca algún traficante con un tanque de gasolina, se arroje enseguida por la ventana. Se lo dice ya con la rutina de quien le advierte que se ponga el jersey si siente frío.

El secretario de Seguridad de Río, José Beltrán ha anunciado que la batalla en el Complexo Alemão, la favela donde se centra la lucha, considerada la Franja de Gaza de Río, va a continuar hoy. Se calcula que allí se concentran cerca de mil traficantes. El secretario no ha querido dar datos concretos "para preservar la seguridad de los militares".

La opinión pública es unánime: esta vez, las fuerzas del orden no pueden volverse atrás y tienen que ganar la guerra. No basta una victoria más, como a las que estaban acostumbrados, para constatar después, desilusionados que el dragón del narco vuelve a levantar con mayor fuerza. Por primera vez en la triste y violenta historia de la lucha contra los traficantes, esta vez los habitantes de las favelas, donde ayer entraban los tanques de guerra, salió de sus casas hasta en ropas menores, para aplaudir a policías y militares y ofrecerles agua. Antes se encerraban a cal y canto en sus chabolas.

Hasta ayer, quienes viven en las favelas tenían más miedo de la policía que de los traficantes. Los primeros entraban disparando a discreción, matando con total impunidad a camellos e inocentes, y después volvían a sus cuarteles; a los segundos se les veía a veces como mecenas de los más necesitados, para quienes acometían acciones sociales. Desde las garitas de los tanques, los soldados gritaban ayer a la población, "esta vez estamos entrando para ganar la guerra" y la gente les aplaudía y hasta bendecía.

Los brasileños que acaban de ver en masa la segunda parte del film Tropa de Élite, con diez millones de espectadores en 40 días, creían que estaban asistiendo de nuevo a la película. Cientos de traficantes huían a pie o se escondían en el campanario de Penha, los médicos del hospital Getulio Vargas de la Penha preferían dormir en el hospital por miedo a volver a sus casas. Esta mañana esos eran los temas de conversación en la calle, en los taxis y en los cafés de los ciudadanos de todo el país.

"Ayer fue un día en el que la realidad imitó al arte" escribe esta mañana el comentarista político de O Globo, Merval Pereira. "Fue también el día en que la población, como un todo, tomó conciencia por vez primera de la gravedad de la situación, que hasta ahora era sentida sobretodo en la carne de los habitantes de las favelas", comenta.