domingo, 21 de fevereiro de 2010

El Mercurio, Chile 21/02/2010


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Ministra fue ungida ayer como candidata del Partido de los Trabajadores:

Dilma Rousseff apela al encanto de Lula para remontar en la carrera presidencial de Brasil


Ahora comienza la tarea dura para Dilma Rousseff, la ministra de la Casa de Gobierno y delfín del Mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, ungida ayer como candidata presidencial del oficialista Partido de los Trabajadores para las elecciones de octubre.

Rousseff, una economista de 62 años, ha sido la mano derecha de Lula durante su segundo mandato, iniciado en 2007, y pese a los logros en la gestión de gobierno, ha sido blanco de varias críticas.

"Nunca ha disputado un cargo de elección popular en Brasil, es más bien una persona técnica que política, carece del carisma y la popularidad de Lula, y su salud (estuvo enferma de cáncer linfático el año pasado) le puede jugar una mala pasada en una campaña electoral que se vislumbra intensa. Faltó una discusión más abierta que hubiese permitido comprender la decisión de Lula de darle su apoyo", indica Edson Nunes, académico de la Universidad Candido Mendes de Río de Janeiro.

Por de pronto, sostienen los expertos, Dilma tendrá que remontar en las encuestas -tiene apenas un 25% de apoyo según un último sondeo de la consultora Ibope)- y alcanzar al candidato opositor, el socialdemócrata y actual gobernador de Sao Paulo José Serra, quien encabeza las preferencias con una intención de voto de 35%.

¿Cuál deberá ser entonces la estrategia de Rousseff para convertirse en la primera Presidenta del país más grande de América Latina?

Aunque politólogos brasileños consultados por "El Mercurio" sostienen que aún es un misterio si Lula logrará traspasar todo su inmenso caudal de apoyo a su candidata (80 por ciento), lo concreto es que existen posibilidades ciertas de un triunfo de Rousseff, porque se presenta como una continuadora de la obra del Mandatario.

En su discurso de ayer, de aceptación de la candidatura, Rousseff anticipó que pretende darle seguimiento "a lo que ha sido la marca del gobierno de Lula: su preocupación social".

Afirmó que dará continuidad a los programas de distribución de ingresos y vivienda, y los reforzará con iniciativas nuevas para asegurar la universalización del saneamiento básico en las ciudades brasileñas, al tiempo que invertirá en todos los niveles de la educación.

Los expertos dicen que Rousseff tendrá el decidido apoyo del "gran cacique", como es calificado Lula en Brasil, y contará con los mejores especialistas de "marketing político" del gobierno. En ese sentido, según informa la prensa brasileña, la ministra está intentando "suavizar" su imagen de mujer dura, al punto de que el año pasado se sometió a una cirugía plástica, cambió los anteojos por lentes de contacto y adoptó un peinado más femenino.

"Por lo demás, ya han anticipado el inicio de la campaña electoral. Lula ha realizado últimamente una gran cantidad de inauguraciones de obras públicas, y en todas ellas Dilma Rousseff ha estado muy presente, muy cerca del Mandatario. Hay una operación mediática que está dando resultado, porque el apoyo a Dilma crece y crece, aunque lentamente", sostiene Ricardo Antunes, experto de la Universidad de Campinas.

El politólogo Roberto Romano también cree que Rousseff podrá revertir el actual favoritismo de Serra, porque el Partido de la Social Democracia Brasileña está dividido a nivel nacional y tampoco tiene una estrategia electoral coherente. "No se sabe si en este tiempo que queda para las elecciones logrará construir tal estrategia y, sobre todo, una propaganda política agresiva".

Antunes añade que la buena gestión pública realizada por Dilma Rousseff en el gobierno le otorgará réditos políticos. "El Ejecutivo de Lula ha dado énfasis a la conciliación nacional, lo que ha concitado el apoyo de la banca, de los sectores industriales, agroindustriales y la banca internacional. Todo esto tendría que ser capitalizado por Rousseff", sostiene.