sábado, 17 de janeiro de 2009

O El Mercurio me ouviu na semana passada. Pelo que vejo, pela rápida menção, sou mesmo voto vencido quando critico a "diplomacia" brasileira. E eu disse coisas mais graves do que a registrada pelo jornalista. Enfim...quando se percebe o lobby (incluindo alguns supostos criticos do poder petista no interior do país) da ex-querda, o melhor é dizer tudo, alguma coisa sobrará.
Roberto Romano



Santiago de Chile
miércoles 14 de enero de 2009
Actualizado a las 6:20 hrs.
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Quiere incorporarse a las grandes ligas:
Desplegando una diplomacia activa, Brasil hace sentir su voz en el plano internacional

El canciller Celso Amorim viaja por Medio Oriente, apoyando una tregua entre palestinos e israelíes.

JAVIER MÉNDEZ ARAYA

Con una diplomacia activa, que cada día hace sentir más su voz en los grandes foros, Brasil se convirtió en un interlocutor de primer plano en los grandes temas internacionales. Y así lo demuestra el hecho de que el canciller brasileño, Celso Amorim, a petición del Mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, se encuentra en una gira por el Medio Oriente, destinada a contribuir a los esfuerzos mundiales para lograr una tregua en la Franja de Gaza.

Amorim, esgrimiendo la "neutralidad" de Brasilia para erigirse como un mediador de peso, visitó Siria, Israel, Cisjordania, y ayer martes estuvo en Jordania. Hoy llegará a Egipto, última etapa de su periplo.

La postura de Itamaraty es que el conflicto israelo-palestino debe implicar a un gran número de países con la meta de propiciar un clima de paz y convivencia, pero más allá de esta coyuntura, Brasil quiere ser un actor clave en el complicado tablero internacional, sostienen los expertos. "La actitud del gobierno de Lula tanto en éste como en otros conflictos ha sido implementar una política de conciliación", explica a "El Mercurio" Ricardo Antunes, de la Universidad de Campinas.

La arremetida diplomática brasileña se suma al liderazgo que Brasil viene intentando ejercer en diversos ámbitos internacionales, como en foros de cambio climático, la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC), o la cumbre del G-20, celebrada en noviembre pasado para discutir la crisis financiera global, y en la que Lula abogó por la integración de los países emergentes en las grandes decisiones mundiales.

De hecho, Brasil, por su economía pujante y en expansión, pese a la crisis global, aspira a integrar el grupo de las ocho naciones más industrializadas (G-8).

Para Antunes, el gobierno de Lula ha impulsado con éxito una diplomacia "activa, altiva y positiva", y ha consolidado la presencia de Brasil a nivel mundial, como una nación de una economía emergente y de indudable peso geopolítico en Latinoamérica, cuya voz debe ser escuchada.

"Con el viaje de Amorim a Medio Oriente, Brasil ha mostrado su liderazgo no sólo en el campo latinoamericano, sino a nivel mundial. Y ese liderazgo se funda porque su política internacional es cauta y mesurada, de un 'centro-progresista', no confrontacional, no subordinada a Estados Unidos, ni tampoco siguiendo el camino radical de enfrentamiento de Hugo Chávez o Evo Morales", sostiene a este diario.

Ricardo Ismael de Carvalho, cientista de la Universidad Católica de Río de Janeiro, añade que Brasil, ya antes del gobierno de Lula, ha tenido como política de Estado contar con más fuerza en la Organización de Naciones Unidas (ONU), y sus esfuerzos diplomáticos van encaminados en esa dirección. "Es una ambición de Brasil tener un escaño permanente en el Consejo de Seguridad, puesto que el país aumentaría su influencia a nivel mundial e internamente traería dividendos políticos duraderos", dice.

"Sobre todo para el gobierno de Lula, ingresar al Consejo de Seguridad ha sido una apuesta y un objetivo muy claro. Es como si para Lula ese escaño fuese un premio personal", añade Marcos Coimbra, experto del Instituto de Estudios Vox Populi, de Belo Horizonte.

Sin embargo, hay también voces críticas de la gestión de Itamaraty, puesto que muchos consideran que la diplomacia brasileña se ha enfocado más hacia los grandes asuntos intercontinentales y no hacia Sudamérica. "Brasil debería estar más preocupado en fortalecer el Mercosur y en solucionar los problemas que surgen cotidianamente con Argentina, Bolivia, Paraguay o Ecuador, algunos de ellos muy delicados y que producen innecesarias fricciones en la región", señala Roberto Romano, de la Universidad de Campinas.

MEDIACIÓN

El ministro de Asuntos Estratégicos, Mangabeira Unger, ofreció a los asesores de Obama la mediación de Brasil entre el futuro gobierno de Estados Unidos y Venezuela, Cuba y Bolivia.